Saber y dar devoluciones que promuevan la mejora en los desempeños profesionales de las personas es un desafío que debemos asumir.
Llega el momento de las evaluaciones de desempeño y debemos enfrentar el momento de dar un feedback a nuestros colaboradores buscando hacerlo de un modo constructivo y favorable para su desarrollo de carrera.
Algunos detalles a considerar que facilitarán lograr una buena experiencia:
1. No lo hagamos de manera personal: es importante no hacer juicios de valor sobre las personas. El hacerlo sólo predispone al otro a cerrarse a aquello que le estamos diciendo. El otro es una persona que merece el mismo respeto que exigimos para nosotros. El ser su jefe no nos da derecho a enjuiciarlo al otro, sino que nos hace responsables sobre sus acciones dentro de la organización. Conversemos los hechos no sobre las personas.
2. Fundamentar nuestras opiniones: al explicitar las oportunidades de mejora que detectamos, justifiquemos con hechos objetivos nuestras opiniones. Demos ejemplos, describamos situaciones, casos, datos y hechos, intentemos evitar presentar suposiciones o escenarios que no son reales. Minimicemos los prejuicios en nuestras observaciones.
3. Focalicémonos en la emocionalidad de ambos: Nos permitirá estar atentos a cómo nuestra gente recibe nuestro mensaje, observando sus expresiones y su corporalidad, lo cual nos ayudará a poder elegir las palabras y los ejemplos que propiciarán una escucha receptiva por parte del otro.
4. Elijamos el momento: recibir un feedback suele ser esperado con gran expectativa por parte de quien lo escucha. Nosotros, al darlo, somos los responsables de generar un encuentro que facilite un espacio de aprendizaje.
5. Cuidemos los detalles: Apaguemos el celular y pidamos no recibir llamados. Es una conversación importante y démosle el marco que necesita.
Recordemos que las personas somos seres emocionales, esto es, nuestro sentires condicionan nuestras acciones posibilitando o restringiendo nuestros caminos.
Nuestra gente no tendrá la oportunidad de cambiar aquello sobre lo que no nos animemos a hablar y hacerlo de un modo que promueva su aprendizaje será esencial. Esa es nuestra responsabilidades como líderes.
Como dice Maya Angelou (autora y poeta estadounidense) “Aprendí que la gente olvidará lo que uno dijo, lo que hizo, pero jamás cómo uno les hizo sentir”.